viernes, 25 de diciembre de 2009

Estatuto sin Andalucía

Este texto fue escrito el 19 de Febrero de 2007, el día después del referendum del nuevo estatuto de Andalucía.
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Me gustaría hacerles llegar mi modesta opinión sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía que se votó en referéndum en el día de ayer.

Me siento decepcionado por la poca altura que han demostrado PSOE, PP e Izquierda Unida (prácticamente todo el arco político andaluz) con este asunto.

Se nos ha intentado convencer de que el nuevo estatuto es indispensable para salir de la situación de subdesarrollo (léase la definición de la RAE) en la que vive Andalucía, aunque no se mencione la palabra subdesarrollo y sin embargo se haga una campaña institucional anunciando una segunda modernización, cuando la primera muchos aún no la hemos visto. Más bien pienso que la oportunidad del estatuto andaluz hay que buscarla fuera de Andalucía, en la conveniencia para el PSOE de contrarrestar los efectos adversos del estatut catalán en la opinión pública a nivel nacional. El estatuto de 1981 era suficiente para satisfacer las principales demandas de la población andaluza: empleo, sanidad y educación. Que son las básicas de un país moderno y desarrollado. Menos no se puede pedir, y se nos da menos aún.

De nuevo somos utilizados por el poder de Madrid para sus fines propios, importando poco el interés de la región. El llamado poder de Madrid no es más que la dirección de los partidos nacionales que siguen una estrategia orientada a conseguir el mayor número de votos a nivel nacional aunque para ello tengan que perjudicar a determinadas comunidades. La amplia reforma estatutaria llevada a cabo en muchas comunidades, no responde desde luego a las necesidades reales de los ciudadanos. Se puede ver claramente como es un intento de "cerrar bocas" críticas por la reforma del estatut de Cataluña. Si se reforman todos los estatutos nadie podrá decir que Cataluña es diferente y es tratada de forma desigual. Si Cataluña necesita una reforma estatutaria, que es demandada por la sociedad, hágase. Pero por favor, no nos impliquen al resto en una maniobra de justificación política, porque saben que en amplios estratos de la sociedad española no se ve con buenos ojos esa reforma.

Sin duda necesitamos gente preocupada por el futuro, y no anclada en el conformismo más absoluto como hemos podido comprobar durante la campaña, en la que se ha dicho hasta la saciedad que la evolución de Andalucía durante los últimos 26 años ha sido espectacular. ¿Podría haber sido de otra manera, dentro de una España moderna y en el contexto de la Unión Europea? ¿Dónde está esa espectacular evolución si todavía ocupamos los puestos de cola en todas las estadísticas? ¿Dónde está la ansiada convergencia que se nos reitera?¿No han sido suficientes 26 años para conseguirla? Como ejemplo de una de tantas verdades a medias que se han dicho: Se han multiplicado el número de hospitales. Pero no se dice en los medios aunque la gente lo sufre en sus carnes, que a la vez también lo han hecho las listas de espera. Muchos ciudadanos tienen que acudir a la sanidad privada (que también ha multiplicado su importancia) desesperados y preocupados por su salud. ¿Conocen los andaluces que en otras comunidades autónomas existen casi el doble de hospitales por habitante que en Andalucía?¿Saben que el índice de esperanza de vida al nacer en nuestra tierra es el más bajo de España? Esto significa que un andaluz por el simple hecho de nacer aquí vivirá menos que si naciera en cualquier otra parte de España, en esto algo tendrá que ver la sanidad que "disfrutamos".

No estoy de acuerdo con los nacionalismos, no los considero sanos para una política moderna y eficaz. Sin embargo es lícito anhelar que la tierra en la que vives deje de ser un día el referente folclórico de un país. Me duele el conformismo de nuestro pueblo y me gustaría pensar que la abrumadora abstención debería interpretarse como un aldabonazo en la conciencia de la actual clase política andaluza. Cada día que pasa la gente se siente más lejos de sus dirigentes. Se vota más por evitar que entren unos, que por estar de acuerdo con un programa político que no ilusiona a nadie. Esto es lo que actualmente los medios llaman una política de perfil bajo. Y el plumero se les ve en un referéndum en el que todos piden lo mismo, como no hay nadie a quien combatir la gente se "desmoviliza". Se nos ha hurtado el debate político sobre las reformas y eso se podía comprobar en las opiniones que daban los votantes a los medios de comunicación a la salida de los colegios electorales.

Estoy convencido que con otras políticas, Andalucía podría convertirse en una región próspera y desarrollada, que no necesitase de la solidaridad crematística del resto del Estado. El pueblo andaluz necesita con urgencia recuperar el espíritu del 28f, por su propio bienestar y el del resto de España. Alejándose de nacionalismos folclóricos y anecdóticos.

Hoy más que nunca, después de asistir al intento de rendición de nuestro pueblo en las urnas hay que entonar fuerte y alto el grito descarnado y eterno que Blas Infante perpetuara en el himno.

ANDALUCES LEVANTAOS.

Firma, un andaluz consternado.

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Más de 2 años después de escrito, el texto anterior tiene absoluta vigencia. Los andaluces no sólo no han visto los efectos beneficiosos del nuevo Estatuto, lo que demuestra que no servía para nada nuevo.

Además siguen sufriendo los mismos problemas de siempre, agudizados por la crisis económica.